El inicio del viaje


*~ El hombre solo tiene un sitio donde ser libre y es a través de sus pensamientos, que pueden convertirse en versos.*~


Este blog es un espacio que tengo para compartir con aquellos que gusten la poesía. Un poco de ésto, un poco de aquello y alguna que otra anécdota que traiga la melancolía.

¡Bienvenid@!




sábado, 5 de octubre de 2013

Mirar en la distancia.

Hoy no sé como debo sentirme.

Hay un dejo de nostalgia en mi corazón por tantas cosas que se han dejado atrás por las circunstancias que me ha puesto enfrente la vida. Es complicado de explicarlo directamente, de momento, por que todo sigue tan reciente, dejaré la explicación para después.

Algún día escribiré esas nuevas letanías, esos relatos que quizá inspiren la vida de alguien, que quizá desaparezcan en los miles de bytes que se generan entre las letras, me auto declaro todos los días a todas horas que las plasmaré de alguna forma. Pero sé que el tiempo no se ha dado para ello. No me lo he dado, porque aún no estoy totalmente segura de desear dejarlo. Comenzaré el ejercicio de auto-liberación pronto. Pero todavía no.

Así que por lo pronto a hacer recuento de los hechos, porque aunque a veces parezca lo contrario, no son daños...

Al abrir los ojos veo cuatro paredes distintas, veo un paisaje de colores armonizados, de alturas inequívocas, de imponentes nubes que se extienden.
Al abrir los ojos me descubro caminando por esas grandes -vaya que lo son- avenidas. Cruzando aquellos puentes, sonriendo a aquellos nuevos rostros.
Al abrir los ojos, el recuerdo de aquella crisálida mirada me envuelve. Parece que aún puedo sentir esa fragancia, cuando al ejercicio de cada noche -si es que el cansancio no me gana- puedo recordar tu tibio y seguro abrazo, que me dio entereza para tomar, ahora lo sé una decisión dolorosa...pero necesaria.

Al abrir los ojos.

Aún, de vez en cuando... busco en la distancia a aquél corazón que decidí, por su bien dejar ir. Y veo que le atormentan otros espíritus, le roban el sueño alguna tigresa mirada.

Hay una mezcla indescriptible de sentimientos. Me alegro, añoro, disfruto, agradezco...me entristece...


Al final del día. Cuando cierro los ojos...

Doy gracias a Dios que sigues con vida. Elevo una humilde plegaria, en un ejercicio por que me perdones...te perdones y seas feliz. Por que a pesar de todo, nunca he dejado de creer que lo mereces.

También trato de perdonarme, pero creo que esa es la parte que me llevará mucho, mucho más tiempo.

Si, la historia es distinta cuando cierro los ojos...


Trato de buscar un pretexto para no desear estar al lado de quien ahora me roba el sueño por temor a ser herida de nuevo. Pero termino enredando los recuerdos en el  roce de las miradas que es como una caricia para el alma.

Reviso mi día, como antes, solo que con mayor ímpetud y decisión. Todos los días han sido nuevos. Todos. La vida me ha dado la oportunidad de seguir creciendo, y deja en espera todo lo que ya está dado.

Me vienen imágenes de aquellos guardianes, de aquellas cascadas, de esos valles que se han quedado ahora tan lejos, y últimamente -en las últimas 24 horas- trato de darles las gracias por las bendiciones que me dieron, sin perder el punto en esa triste añoranza.

Recuerdo aquello que pude hacer más... por esos seres que se han quedado atrás para mí. Que he tenido que dejar atrás. Recuerdo y los pongo en manos de Su infinito amor, en la espera de que se de testimonio inherente de Él y Su Misericordia.

Rezo por los que extraño. Por los que me enseñaron, por los que sé que aún me aman. Por los que por algún motivo -fuera de mis posibilidades- han dejado de hacerlo.

Si, cuando cierro los ojos, aunque la nostalgia invade, aunque de pronto el dolor parte el corazón en dos por aquello que se quedó, que he soltado que ya no me pertenece...

Agradezco infinitamente a la vida, por traerme los regalos más insospechados de las formas menos esperadas.


El corazón que amo -porque nunca se deja de amar- comienza a sanar y a crecer en el auto aprendizaje, el auto descubrimiento. Se permitirá amar verdaderamente, buscará lo que le hará feliz, y será feliz, por que la vida solo nos trae abundancia y felicidad, si se lo permitimos.

El Gran Amor que jamás pensé tener tan cerca, está latente...no sé por cuánto, no sé como se desarrolle, pero está ahí, esperando a que los caminos coincidan, como intuimos lo harán de nuevo. Y me llega de gozo decirlo, o callarlo. Recordar un gesto o una broma. Y que me complemente incluso estando solo en el pensamiento.

Hay salud, hay vida.


Por que más allá del cúmulo de nubes que aún no se despejan en el horizonte, afronto la tormenta con entereza. Por que sé que detrás de las nubes hay un infinito, inexorable espacio con estrellas que guiarán mi camino de alguna u otra manera.

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