El inicio del viaje


*~ El hombre solo tiene un sitio donde ser libre y es a través de sus pensamientos, que pueden convertirse en versos.*~


Este blog es un espacio que tengo para compartir con aquellos que gusten la poesía. Un poco de ésto, un poco de aquello y alguna que otra anécdota que traiga la melancolía.

¡Bienvenid@!




domingo, 5 de octubre de 2014

Caminar entre cañones.

Hoy me fui a caminar entre cañones.  Por cuestiones inminentes e inherentes a mi débil constitución de éste momento... no pude seguir el camino...no llegué al final y decidí volver sobre mis pasos... hacia atrás.

Contrario a otras ocasiones, no me sentí mal al respecto (Hacía años hubiera estado avergonzada de mis actos, de no llegar a concluir el camino...) ...

Pero, tenía que respetar mi propio ritmo, no estaba preparada para ello.

Al contrario de lo que esperaba para el día de hoy, di un paseo por una ciudad quieta a pleno medio día. Parece que el tiempo no discurre entre éstas planas y a veces curvas calles.

Aunque sea domingo...aunque sea lunes. El tiempo parece no avanzar, se aquieta a momentos y luego acelera. Ya ha pasado un mes desde que he llegado a esta tierra.

Y en mi caminar de hoy llegue a los pies de Tara, la blanca, la que nos ayuda y guía en el camino de la compasión y comprensión de lo que nos rodea. Ahí elevé una oración sin palabras, mientras repetía en voz alta aquellas aprendidas, dictadas de memoria en mi propia fe.

Y retomé el sentimiento y la sensación que todos y todas somos uno...como siempre lo he sentido incluso antes de tener plena consciencia de mi persona.

Entonces leo un poco más y encuentro que el sendero en el que decidí servir de canal a la energía del universo, tiene como maestra en alguno de sus linajes esa energía, con la que estuve compartiendo el día de hoy.

Y me siento bendecida, conmovida.

Y creo que aunque no lo entienda, el que esté aquí tiene una razón de ser un motivo. Es retomar mi camino, para encontrar el punto de partida hacia nuevos horizontes... llenos de abundancia y amor para dar y repartir a quien lo necesita. Y cumplir aquél sueño que tuve hace tantas albas.

Hoy... retomé esa sensación y en medio del cambio que surgió en mí, quiero compartirlo, pero guardarlo. Porque este tipo de experiencias se gritan al viento pero se guardan en el corazón para siempre.

Y ya con la consciencia abierta. Vayamos a seguir caminando entre cañones.

M.Z.V.